Creemos que decidimos conscientemente nuestras acciones diarias, y aún más, nuestra vida entera proyectando mentalmente propósitos y objetivos a lograr. Sin embargo, ya sabemos que tenemos nuestro inconsciente que parece empujarnos constantemente a experiencias que no siempre esperamos vivir o hacia escenarios no siempre deseados e inesperados de experiencia.
Pues bien, este inconsciente lo podemos entender si consideramos que en el transcurso de nuestra vida terrenal, vamos relegando a segundo plano al Alma que creó nuestra vida.
El Alma, lo que entendemos como inconsciente, busca de todas las formas retomar contacto y vincularse nuevamente con la mente, el consciente (aparente) y el cuerpo que nos vehicula. Por Roberto Cabrera Olea
Retomar contacto
Cuando hablamos de despertar nuestra consciencia, más aún en estos tiempos de transformaciones, nos referimos, sepámoslo o no, a religar nuestros aspectos desconectados para volver a ser uno en la experiencia. No uno con el Todo necesariamente, aunque hacia allá nos lleva todo esto, sino en primera instancia uno con nosotros mismos, en nuestra individualidad y reconquistando un ego desbocado.
"El Alma, lo que entendemos como inconsciente, busca de todas las formas retomar contacto y vincularse nuevamente con la mente, el consciente (aparente) y el cuerpo que nos vehicula."
Por lo tanto, damos luz a un fragmento oscurecido por nuestros miedos y desconfianza. Prendemos la luz a nuestro inconsciente para traer esos pulsos originarios de nuestra Alma a acciones conscientes para decidir nuestra experiencia de vida, de una vez por todas, desde una verdadera libertad, conscientes de quiénes somos en verdad y en automaestría.
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