Exoplanetas que podrían albergar vida, aliens, naves espaciales, encuentros del tercer tipo, leyendas y teorías antiquísimas sobre nuestro origen, etc., etc., son temas que no hace más que revelar un PULSAR que desde hace varias décadas remueve el corazón humane. Algo extrañamos. Algo muy poderoso en nuestro interior siente nostalgia. Por Roberto Cabrera Olea
Biología terrenal
Somos hijos de la Tierra, sin duda, ya que la sentimos, y en un respiro profundo podemos conectar hasta con su Alma. Somos parte material de este planeta y un brote animal de las posibilidades de vida que posee. No podemos negar que sus colores son nuestros colores, sus olores los sentimos propios, y cada cosa que la compone, sentida desde lo profundo, nos ayuda a reconectar con nosotres mismes. Pero las estrellas también nos llaman y también nos conectan.
"Somos mestizos de mundos muy diferentes, lo que nos lleva muchas veces a sentir extrañeza de nosotres mismes, a sentirnos fuera de lugar o lejos de la normalidad."
Mestizos con consciencia estelar
En nuestro interior, tanto en nuestro ADN como en nuestra Alma, pulsa fuerte, pero silenciosamente, una información que nos impulsa a buscar algo que no sabemos qué es, que podemos sentir, pero nuestra mente teme creer o siquiera elucubrar. Somos mestizos de mundos muy diferentes, lo que nos lleva muchas veces a sentir extrañeza de nosotres mismes, a sentirnos fuera de lugar o lejos de la normalidad, y buscamos, pero ¿por qué buscamos? Porque hemos olvidado esa mitad que viene de las estrellas, de otros planetas, de otras humanidades y de otras consciencias. Desde siempre hemos sido buscadores y exploradores porque algo nos falta, o creemos que así es.
En la medida que recordemos y aceptemos nuestra condición de mestizos de mundos diferentes y distantes, nuestra Alma descansará y podrá manifestar todos sus potenciales en esta realidad.
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